sábado, 14 de noviembre de 2015

Trosky y el alfiler (II)

Kati entró en aquella estancia donde estaba la directora Sarah y otra persona desconocida para ella. A Sarah la conocía de anteriores visitas y sabía que era una mujer práctica que no se andaba por las ramas.

"Buenos días, Kati. Siento haber tenido que llamarte con tanta urgencia. Estábamos muy preocupados por Trosky", dijo Sarah. Kati asintió con un gesto amable, agradeciendo  su siempre interés hacia el bienestar de su nieto.

Kati no sabía qué decir, por dónde empezar. Había silencio. Sarah esperaba algo de ella, y Kati no sabía que podía ser. Ese silencio se estaba haciendo eterno y necesitaba romperlo de alguna forma.

"¿Es grave?", dijo Kati finalmente con rostro de gran preocupación.

"No lo sabemos", contestó Sarah. Kati entendió que esperaba de ella que participara en la conversación, y que no se limitara a asentir con gestos. "Kati, le presento a Rouse. Es un experto en trabajar con niños que precisan de apoyo especial.", dijo Sarah. Rouse se aproximó y le tendió la mano. Kati hizo lo propio, y se saludaron.

Kati, dirigiéndose directamente a Rouse, preguntó "¿Es grave lo que le pasa a mi nieto? ¿Qué puedo hacer? Oh, y su madre tan lejos, dios mío. ¿Qué puedo hacer?"

 Rouse se aproximó más hacia ella, y con voz sosegada le respondió, "Kati, tranquila. Estamos aquí para ayudarles. Todo va a salir bien, y usted estará orgullosa de su nieto, y su hija de usted por cuidar tan bien de Trosky".

 Estas palabras sosegaron a Kati, que se tranquilizó y se puso más receptiva. Ese momento lo aprovechó Sarah para intervenir. "Kati, la hemos llamado para que nos de su aprobación para que Rouse pueda trabajar con Trosky. Le pasará algunas pruebas, compartirá tiempo con él e intentará descubrir qué pasa y le daremos solución."

 Kati se quedó dudando. ¿De qué pruebas se trataría? ¿Le pincharían medicamentos? Ante su cara de preocupación, Rouse decidió volver a intervenir. "No se preocupe. Estará perfectamente informada, por mí en persona. También tendrá su espacio, si así lo desea."

Finalmente, Kati dió su aprobación, de una forma un tanto enérgica que confundió a sus interlocutores. "¿Cuándo empezamos?" 


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